La villa Trunyan o Terunyan, está ubicada en la isla de Bali, Indonesia. Más exactamente al lado del lago Batur. Esta villa es famosa por sus únicas y ancestrales prácticas funerarias que difieren significativamente de las tradiciones más comunes en la región. A diferencia de otras partes de Bali, donde la cremación es la práctica habitual, en Trunyan, los muertos no son cremados ni enterrados en la tierra. En su lugar, son colocados al aire libre, bajo un árbol sagrado conocido como “Tarumenyan”.

El Tarumenyan, un árbol grande y venerado que crece exclusivamente en esta región, juega un papel crucial en las prácticas funerarias de Trunyan. Este árbol, también conocido como «árbol de incienso,» tiene la capacidad única de neutralizar los olores de la descomposición. Las propiedades naturales del árbol absorben los olores, permitiendo que los cuerpos se descompongan sin emitir el característico olor fétido de la putrefacción.

Cuando una persona de Trunyan fallece, el cuerpo es limpiado y vestido con ropas tradicionales. Luego, el cadáver es colocado en una plataforma de bambú al aire libre, bajo el Tarumenyan, dentro de una área conocida como “Sema Wayah”. Los cuerpos se dejan expuestos en esta plataforma, sin ser enterrados ni cubiertos, permitiendo que se descompongan de manera natural. Esta práctica está reservada para aquellos que mueren de causas naturales.

El proceso de descomposición es lento y respetuoso. Los restos se dejan intactos hasta que solo quedan los huesos, los cuales luego son recogidos y cuidadosamente organizados junto a otros huesos en un área específica del cementerio. Este método de disposición permite que la comunidad rinda homenaje a los muertos de una manera que consideran sagrada y tradicional.

La gente de Trunyan cree que esta práctica funeraria honra a los muertos de una manera que respeta tanto al individuo fallecido como a la naturaleza circundante. Según la tradición, el árbol Tarumenyan es un ser sagrado que permite a las almas de los difuntos encontrar paz y descanso. La comunidad mantiene fuertes lazos con sus ancestros, y la exposición de los cuerpos se considera un acto de devoción y reverencia.

Para la gente de Trunyan, es una parte integral de su identidad cultural y espiritual. La aldea ha recibido atención tanto de antropólogos como de turistas curiosos, algunos de los cuales han mostrado un profundo respeto por la tradición, mientras que otros han planteado preocupaciones sobre la preservación de la dignidad humana y la salud pública.

En resumen, las prácticas funerarias de Trunyan Village reflejan una rica herencia cultural y una profunda conexión con la naturaleza. A través de estas costumbres ancestrales, la comunidad de Trunyan mantiene viva una tradición única que continúa fascinando y asombrando a quienes llegan a conocerla.

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